Se acerca
el momento de que nos den el alta, y no podemos evitar sentir vértigo. No
sabemos qué vendrá después: rehabilitación de mantenimiento, controles
periódicos, o fisio privada. Después de 15 años de terapia semanal, tendremos
una sensación extraña....aunque no tanto como su primera alta hospitalaria
cuando aún les faltaba una semana para cumplir los dos meses de vida.
Dos meses
que habían pasado en incubadora, de donde sólo salían 2 veces al día para
acelerar su maduración con el "método Canguro". Este método, importado de Sudamérica por la ausencia de
incubadoras para tratar a bebés prematuros, consiste en colocar a los recién
nacidos en contacto piel con piel con sus padres. Esto hace que se reduzcan las
complicaciones tanto físicas como neurológicas, y les proporciona seguridad y
tranquilidad. Y en eso nos esmerábamos 2 veces al día con cada uno de ellos.
Durante su
estancia en su "hotelito" de cristal permanecían monitorizados. Unos
sensores les medían los latidos y la oxigenación. La inmadurez hacía que si
entraban en un estado de sueño o relajación profundos, su cerebro dejaba de
enviar órdenes y la respiración y el corazón se detenían. Lo que se denomina
"apnea del prematuro".
Cuando esto
ocurría, veíamos como bajaban las pulsaciones...160... 150... 110.... 80...40
así como la oxigenación y empezaba a sonar una alarma al tiempo que empezaban a perder su color rosado, tiñéndose de un alarmante blanco-azulado.
Si en ese
momento estaban bajo nuestra ropa, bastaban unas caricias y unas palabras de
ánimo para que se pusieran en marcha de nuevo. Si estaban
en la incubadora, había que apresurarse en el protocolo de higiene para
introducir las manos por los ventanucos y sacarles de ese profundo estado de relajación
para ellos, y estrés para el resto.
Pasaban
casi dos meses desde su nacimiento, y una mañana al llegar a la zona de
neonatos vimos por la ventana que no estaban en sus incubadoras. Esther y yo
nos pusimos con prontitud el batín y los protectores de calzado, en un silencio
nervioso. No queríamos ni aventurar qué había podido pasar. ¿Y los dos a la
vez?. Después de lo que habían luchado, especialmente Eder que superó dos
infecciones, una de las cuales casi nos lo arrebata.
Cuando
entramos en la sala, la enfermera nos tranquilizó. Respiramos. Había habido
muchos nacimientos prematuros esa noche y necesitaban sus incubadoras. Ellos estaban en
unas cunas al otro lado de la sala, y tenía una buena noticia...igual al día
siguiente nos íbamos para casa.
¿Una buena
noticia? Llevábamos 50 días viviendo en un hospital, y queríamos normalidad,
irnos a casa con nuestros hijos, pero sin riesgos. Si bien las apneas no eran
tan continuas como al principio cuando la sirena sonaba a todas horas, aún
sucedía una o dos veces al día.
Irnos sería
una buena noticia si nos llevábamos el aparato para controlar los corazones, en
otro caso, no lo era tanto. La enfermera nos dijo que no podía ser pero que
seguro que todo iría bien.
Y con ese
dictamen tan falto de rigor médico como lleno de fe, al día siguiente nos
fuimos para casa.
Durante el
día, era fácil controlarles, pero las noches eran duras. Periódicamente nos
levantábamos, les palpábamos la espalda para ver si había movimiento y
volvíamos a dormir. Lo que al principio era preocupación, se convirtió
enseguida en costumbre, y en tres días paso a ser rutina. Una semana
después, cuando el agotamiento empezaba a causar mella, echamos mano de la
estadística para poder resistir, y dejamos de hacerlo.
La
probabilidad de que en el minuto siguiente a dejar de respirar, uno de nosotros
se levantase y lo detectase era mínima, además, no había de qué preocuparse. Ya nos había dicho la enfermera
que todo iría bien.
Afortunadamente tuvieron razón y sus corazones siguen latiendo con fuerza casi 15 años después.
Afortunadamente tuvieron razón y sus corazones siguen latiendo con fuerza casi 15 años después.
500 Days to Run - Capítulo 14 from Iñaki Requena Iglesias on Vimeo.
Eder & Aketza & Esther & Iñaki
Al igual que todos los capitulos anteriores son palabras y tomas que emocionan y despiertan sensaciones fabulosas. Animo Eder. Animo familia. Twentyniners.
ResponderEliminarEskerrik asko, Twentyniners...seguiremos celebrando juntos cada paso!!
EliminarNo te había leído nunca Iñaki, os admiro papis, admiro a vuestros chicos, enhorabuena,
ResponderEliminarGracias Nieves, un abrazo.
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