344 Days to Run: La vuelta al cole
Cada día a las
6 de la mañana suena el despertador para ir a rehabilitación y entre legañas y
bostezos, nos dedicamos a coleccionar amaneceres. El gimnasio del Hospital Sant
Joan de Déu se convierte por unas horas en nuestro hogar, donde Eder realiza
intensos ejercicios con una entrega que hasta a nosotros nos sorprende.
A medida que avanza la semana, las fuerzas van mermando. Un Viernes que se levantó agotado, le recomendamos que se regulara y se lo tomase con calma. Al finalizar, cuando Esther le comentó si se había cansado menos, él, empapado en sudor, contestó: “¿Menos?...me he cansado igual, si he hecho los mismos ejercicios que ayer”.
A medida que avanza la semana, las fuerzas van mermando. Un Viernes que se levantó agotado, le recomendamos que se regulara y se lo tomase con calma. Al finalizar, cuando Esther le comentó si se había cansado menos, él, empapado en sudor, contestó: “¿Menos?...me he cansado igual, si he hecho los mismos ejercicios que ayer”.
Y tras la higiene, le esperan 7 horas de clase. Si ya es dura la vuelta al cole para el resto de los estudiantes después de 86 días de vacaciones, más lo es para Eder: la pesada mochila más propia de sherpas que de estudiantes, los viajes arriba y abajo en ascensor siempre acompañado por Aketza y el cansancio acumulado, le ponen a prueba cada día. Esta misma semana nos decía: “Ojalá me dieran fiesta un día, aunque sólo fueran los Viernes”.
Incluso, al contrario que el resto de alumnos, en los primeros días comentaba que uno de los peores momentos era “el patio”. Allí apoyado en una columna veía cómo corrían, saltaban, se perseguían o jugaban a fútbol el resto de chavales, probablemente sin valorar la suerte que tienen, pensaría.
Afortunadamente, siempre tiene cerca a Aketza y a sus compañeros para abstraerle de esos pensamientos y sacarle una sonrisa….a sus compañeros y a sus profesores.
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| Ánimos de sus compañeros tras la operación |
No tendríamos espacio suficiente en este blog para agradecer a todo el profesorado del colegio Frangoal por su incondicional apoyo desde aquel 15 de Abril. Desde su ayuda para que pudiera acabar el pasado curso cuando aún luchaba contra los dolores, hasta su continuo interés por facilitarle a Eder todo lo que necesite para que se sienta como en casa.
La humanidad y el cariño con los que todos, desde sus máximos responsables don Pablo y don José, pasando por sus tutoras, hasta el último de los profesores, tratan a Eder son conmovedores. Su trato está siendo impecable. No se puede hacer mejor.
Así que “eskerrik asko” de todos nosotros, de todo corazón.
Así que “eskerrik asko” de todos nosotros, de todo corazón.
Eder & Aketza & Esther & Iñaki
