sábado, 16 de julio de 2016

No oigo nada

407 Days to Run: No oigo nada

Si algo caracteriza a Eder en su larga trayectoria en rehabilitación, es su capacidad de lucha y superación.  Siempre encuentra un motivo para ir un poco más allá de lo que le piden, algo que  todos sus fisios han valorado y reconocido. Cuando le dicen que haga 10 repeticiones, una sordera temporal le sobreviene, y hace 15...una sordera a discreción que ya empezaron a practicar desde bien pequeños.

Dos meses después de nacer y días antes de recibir el alta, les sometieron a una prueba rutinaria para controlar su sistema auditivo. Consistía en un pequeño aparato que se colocaba en el oído, emitía un sonido y captaba el rebote sobre el tímpano. Sencillo, rápido...salvo que no captase nada...como así ocurrió.

Probaron los 4 oídos, y ninguno captó respuesta. El doctor nos tranquilizó diciendo que era una prueba básica, fidedigna si era positiva, pero nada concluyente en caso negativo. Para esta situación, recurrían a una más precisa en la que les colocaron unos electrodos en sus cabezas para captar las zonas cerebrales que se iban estimulando a medida que emitían sonidos en sus oídos.

Negativo nuevamente, sus cerebros ni se enteraron. Podía ser debido a su prematuridad, y nos invitaron a volver al cabo de 3 semanas para repetir la prueba confiando en que las conexiones neuronales resultaran más exitosas.

Tres semanas después, repetíamos la prueba básica con idéntico resultado. Calma...vamos con la prueba de verdad. Colocados los electrodos, nada de nada. No había forma de que aquella línea horizontal que se dibujaba en la pantalla, ondulase. Sus cerebros no mostraban ninguna actividad cuando les estimulaban su aparato auditivo.

Y con ese dictamen nos volvimos para casa con nuestros preciosos “sordetes”, de nuevo a nuestra rutina de biberones, pañales, médicos, controles, etc.




Fueron pasando los días, y una mañana después de darles el biberón, conseguimos que se durmieran en dos mecedoras en el comedor.  Nos disponíamos a recuperar fuerzas cuando una corriente de aire hizo que la puerta del comedor se cerrara de golpe con el consiguiente estruendo.

Ambos se sobresaltaron, iniciaron un tímido llanto y con el rebote de las mecedoras volvieron a quedarse plácidamente dormidos. Esther y yo nos miramos sin saber si reír, llorar o dormir.



500 Days to Run - Capítulo 5 from Iñaki Requena Iglesias on Vimeo.

Eder & Aketza & Esther & Iñaki 

2 comentarios:

  1. MARICARMEN GAMARRA BALLESTE28 de julio de 2016, 18:08

    He conocido personas en la vida luchadoras, incansables, fuertes y emprendedoras pero tú EDER, eres la excepción, sobrepasas los límites de lo que quieres y luchas hasta alcanzarlo. TIENES A TU LADO a tu hermano Aketza y a tus padres que son pura acion, y luego tu familia abuelos adorables, tios y tias y primos que son todo Union "Todos para uno y uno para todos" este reto y los que puedan venir estan mas que superados. Un abrazo GRANDE GRANDE...

    ResponderEliminar
  2. Esto es increíble...con este ejemplo, a partir de hoy, nada me va a parecer insuperable.

    ResponderEliminar